3 Noviembre de 1610
No, supe que hacer, mis nervios se pusieron de punta y mi cuerpo se congelo, ahí en frio suelo de piedra, mis piernas no respondían a mis débiles intentos por escapar de esa penumbra que aunque me negaba a aceptar mi subconsciente me gritaba al oído que era real, que todo era real...
Ahora se lo que mi madre sentía cuando me contaba sobre la inquisición cuando yo era solo una niña, ahora lo sentía, pues lo estaba viviendo en carne propia, la lagrimas rodaron de nuevo y cuando tocaban mi piel eran como pequeñas gotitas de acido que me dolían en el fondo del corazón, mas que un dolor físico.
Los hombres entraron con un par de armas que parecían ser espadas, y me obligaron a caminar delante de ellos, cuando salí de mi pequeña choza, sentí las miradas de todos clavadas sobre mi, negándome con la mirada, odiándome, mire sus expresiones de repulsión cuando pasaba frente a ellos dejando mi rastro de dolor y pagando por cargos que no cometí...
Cuando llegue me situé frente a un hombre que tenía aspecto de juez y por lo que paso después lo comprobé, dijo que mañana seria mi juicio, sin ganas me dirigí a mi calabozo, y me senté en una pequeña esquina a llorar de miedo...
4 de Noviembre de 1610
Hoy, me levante de aquella esquina donde estuve el resto del dia de ayer al parecer me quede dormida, camine por la habitación observando las rendijillas de sol que se colaban atreves de los ladrillos de la torre, me senté en la cama de piedra y después entraron por mi, abrieron la reja que rechinaba de manera estrepitosa y Sali al exterior, entre a una sala llena de gente, con un aire de tribunal moderno, me senté en un banco de madera y espere simplemente los cargos de los que se me acusaban injustamente, y sin poder defenderme espere mi condena, sabia de alguna manera que me condenarían a muerte pero de alguna manera una parte de mi se aferraban a vivir como si eso fuera posible... Con lágrimas en los ojos espere el momento
-Ana Blake, es condenada a morir en la hoguera acusada de brujería- al oir esas palabras simplemente me congele, una sola lagrima rodo, al recordar a mi madre, quien murió de la misma manera, me levante y volví arrastrando los pies hacia mi oscuro y frio calabozo...
5 de Noviembre de 1610
El día de hoy solo me limite a recordar, varios aspectos de mi vida, y a llorar, pero a mantenerme fuerte para soportar lo que me inevitablemente me esperaba, me acoste como pude en la cama de piedra y espere el momento de mi muerte
7 de Noviembre de 1610
Me levante y me dirigi al exterior, y ahí frente a toda la gente la hoguera estaba lista, me dirigi mientras sentía a todos mirarme con miedo y repulsion, y escuchaba la bullicia que se armaba a mi alrededor, me pare en el centro y me amarraron con una gruesa cuerda, que cortaba la circulación de mi sangre y me aprisionaba mas contar la muerte, mientras esta me llevaba lentamente... la leña fue bañada en gasolina y fue encendido en fuego, el fuego que consumía mi esencia lentamente, el fuego que me arrastraba contra mi voluntad, la llama de la ignorancia que culpaba con su luz a la gente que me hacia esto, a la gente que cegada por la versión de una sola comunidad con los mismos pensamientos se negaba a escuchar los gritos de dolor, los gritos de dolor de miles de personas que morían igual que yo.
Esperando que mis gritos de dolor me mataran mas rapidamente.
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